La atención de la salud mental debería estar disponible para todos, no un lujo.
- SaludMentalNJ
- 16 jun 2022
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Las tasas de enfermedades mentales ya eran altas en los EE. UU., pero la pandemia lo intensificó todo: la enfermedad, la soledad, la pérdida del trabajo, el duelo y otros factores estresantes relacionados con el COVID provocaron un aumento de la ansiedad y la depresión en todo el país. Sin embargo, a pesar de lo difícil que ha sido la pandemia, afectó a algunos grupos mucho más que a otros. Exacerbó las desigualdades sociales y económicas que ya se sabe que impulsan y mantienen la mala salud mental entre las comunidades marginadas. Los habitantes de las zonas rurales de Estados Unidos, que ya tenían menos probabilidades de recibir atención de salud mental que los de las zonas urbanas, se vieron especialmente afectados. También lo fueron las personas de color, que tienen más probabilidades de ser hospitalizadas y morir de COVID y menos probabilidades de recibir atención de salud mental en comparación con las personas blancas. Y para aquellos que no tenían hogar o estaban encarcelados anteriormente, las consecuencias han sido profundas.
La pandemia fue una llamada de atención urgente para los proveedores, las partes interesadas de la comunidad y los políticos, que los impulsó a reinventar la atención y la prestación de servicios de salud mental. Se descubrió que para tener éxito en las comunidades desatendidas, necesitan soluciones que fomenten un sentido de pertenencia. Estos incluyen ampliar el acceso a la atención, mejorar la investigación sobre la salud mental comunitaria y empoderar a las personas para que aborden sus propios problemas.
Todos los esfuerzos deben basarse en el entendimiento de que cuestiones como el racismo y el clasismo impulsan los determinantes sociales de la salud mental, como la vivienda inestable o la falta de seguro.
La forma en que nuestro sistema está configurado ahora está diseñado deliberadamente para excluir a ciertas personas
La solución obvia para expandir el acceso en los EE. UU. es establecer atención médica universal, que aseguraría la cobertura independientemente de la capacidad de pago de alguien. Sin embargo, hasta que eso suceda, las organizaciones de salud mental que están diseñadas por y atienden a las comunidades marginadas pueden desempeñar un papel significativo en la superación de los factores sociales y relacionados con los costos que reducen el acceso a la atención.
Permitir que las comunidades participen en su propio cuidado puede ser el paso más importante para lograr la equidad en salud mental.

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